Hacer el Camino lo tenía pendiente y como a muchos, es una actividad que sabía que tarde o temprano iba a hacer. Te puede llegar de forma planificada, en plan “en septiembre del año que viene” o de forma sorpresiva; Lo bueno del camino es que no hay una fecha de inicio establecida, la experiencia empieza cuando uno lo decide.
Creo que existe una idea predefinida que habla acerca de lo que vas a sentir cuando hagas el camino, debe de haberse generado como resultado de las conversaciones y frases que circulan por ahí, una especie de conciencia colectiva que define qué te aporta hacer el camino y que vas a obtener de ello; Como siempre, necesitamos saberlo todo por adelantado en esta cultura de la inmediatez. Igual un día inventan las pastillas del Camino de Santiago. Seguro que alguien las compra.
Yo recomiendo no intentar adivinar que es lo que vas a sentir, ni pensar mucho en como será, esto puede condicionar tu experiencia y no hay nada como disfrutar de la aleatoriedad que siente el polen al volar, o la hoja del árbol al caer en el río. En vez de pensar en eso preocúpate de los aspectos técnicos para que una vez estés allí tengas soluciones para lo problemas típicos, por ejemplo saber que conviene ponerse vaselina en los pies por las mañanas, disponer de un impermeable para tu mochila por si llueve, tapones para los oídos anti-ronquidos y antifaz para dormir, etc etc.
Salí de Sevilla –Plaza de Armas- en bus para recorrer la ruta de la plata hasta Astorga, pasando por Mérida a las 2:30AM para recoger a los otros 2 integrantes del trioquemerio, mi amigos extremeños del alma que finalmente se quedaron en tierra porque su billete era del día anterior… total que antes de llegar a Zamora me desperté para sospechar que no se habían subido porque no los veía y cual fue mi sorpresa que estaban en el andén de la estación de autobuses diciéndome que cogiera mis cosas que nos íbamos en coche. Con la media torta que llevaba encima (recién despertado, 6AM) no me lo podía creer, y tuve que ver el coche de Marcos aparcado a lo lejos para convencerme.. así empezó el tema.
Como dice mi amigo Marcos, el camino empieza en la puerta de tu casa y la buena noticia es que puede pasar de todo, como decía antes dejemos paso a la aleatoriedad segura. Tras hacer un par de etapas pude desconectar realmente y olvidarme de los pensamientos que te rondan con frecuencia, dejando temporalmente atrás una vida ahora ya sólo era un tipo con bastón y mochila, uno mas que caminaba a su ritmo. En ocasiones con mis amigos, otras solo, la mecanización de los pasos daba paso a una musiquilla interior que especialmente aparecía en las cuestas arriba. Quizá esta música animaba el esfuerzo a sabiendas de que había que afrontarlo sin remilgos.
Adelantando a unos y a otros, personajes de todas clases, en los diferentes encuentros vi que los participantes de la experiencia del camino de Santiago nos desprendíamos de nuestra personalidad, apenas hubo un como te llamas o a que te dedicas, sencillamente porque eso es lo de menos y porque cabe la posibilidad de que no te vuelva a ver en toda mi vida, y aunque lo hiciera quizá no me acordaría de ti, ni tu de mi. ¿Es frío decir esto? Yo creo que de algún modo estamos en un jardín de colores y preferimos dejar la cotidianeidad para otro día, también depende de lo parlanchín que sea cada uno.
En el Monasterio de Samos me pasó algo muy bonito, además de endosarnos mediante unos discretos altavoces música con cánticos y órganos en plan Master of Ceremony, el tipo que gestionaba aquello era un fenómeno, no sólo explicaba lo mismo una y otra vez como si fuera su primer día, en inglés de Texas y en Español de Méjico, sino que su conversación era vitalizante. Pasamos algunos ratos charlando en las pocas horas que paramos allí. Este señor – a veces por su forma de hablar me recordaba a Morgan Freeman en papeles de consejero (lease Batman o Cadena Perpetua) – en el momento de la despedida, me preguntó si mis acompañantes eran mis hermanos. No. ¿y eso? –le respondí. “Bueno, se les ve unidos”. Hay gente que las pilla al vuelo, se había colado hasta la cocina sin tener las llaves de la entrada. Le dije que éramos amigos íntimos, levantando el dedo índice me respondió que cuidara esa amistad para siempre, que era muy bonita. ¡Eso tengo planeado! Le respondí.
Mucha gente en agosto de 2012. Especialmente ahora que está de moda y es una opción asequible, los albergues están petados y no hay sitio si no llegas temprano. De algún modo se convierte en una carrera para llegar a tiempo, colocar tu mochila en la cola y tener cama y ducha por 5€. Precisamente en Samos nos levantamos a eso de las 7AM y para nuestra sorpresa la gente se había pirado entre las 5 y las 6AM. A veces tuvimos que quedarnos en pensiones por no encontrar sitio, es una de las preocupaciones del camino. Aprendimos la lección y para no tomarnos el camino como una competición mezclamos albergues públicos (necesario levantarte muy temprano) con polideportivos (no disponibles en poblaciones muy pequeñas) y con pensiones (a pagar).
En un albergue público tuvimos una situación tensa, unos scouts franceses que iban en grupo estaban delante nuestra en la cola, y parte de este grupo llegó justamente después de nosotros. Contamos las mochilas y eran unas 37, el albergue tenía 42 plazas, con lo que en teoría entrábamos si NO contábamos a los scouts que estaban atrás. Cuando empezaron a acomodar los scouts dijeron que eran un grupo de 17 e incluyeron a los que iban detrás nuestra recopilando sus carnets.
Como el sitio en los albergues públicos es por estricto orden de llegada (con preferencias para los lisiados y minusválidos), te das cuenta que tras caminar mas de 20 km y esperar 2 horas de cola no estás dispuesto a ceder tu cama a nadie. Se lió parda y allí hubo de todo menos golpes, conseguimos hacer valer los derechos y la situación se dio la vuelta; al saber la noticia uno de los scouts empezó a llorar y se contagiaron, total que de repente a tu alrededor hay 15 jóvenes scouts mirándote con odio de los cuales 5 están llorando a moco tendido mientras se abrazan, al mismo tiempo sientes alivio por saber que tienes resuelto el alojamiento para ese día y ves como los otros de la fila saltan de alegría y gritan BIEEEEEN porque ahora entran sin problema. Una escena con alegrías y llantos, y otras lecturas.
Durante el camino el hambre te acompaña. La comida se disfruta como nunca y en esta travesía milenaria, particularmente me encantaron los desayunos y las cenas. Las piernas tienen los músculos mas grandes de nuestro cuerpo y tanta cuesta hace que tengas hambre a todas horas. Yo he perdido 2 kilos, será porque me sobraban, he bajado de 90.
Del mismo modo el sueño es profundo y personalmente me he hinchado a soñar mientras dormía, algo que me encanta porque suelo recordar mis sueños. La experiencia del buen dormir me recordó aquella idea que comparaba como podría ser la vida si pensamos en un buen día. Un día bueno es cuando te levantas temprano, aprovechas la mañana, te cansas haciendo lo que te gusta y lo que no, y a medida que se aproxima la noche uno llega cansado pero satisfecho, cena y cae en la cama redondo, siendo presa de un dulce y plácido sueño. Es todo lo contrario a quedarse en la cama dando vueltas. Así debería de ser la vida, vivirla de tal manera que al final de nuestros días descansemos en paz y lleguemos con ganas de ir a dormir forever.No se de quien es esta historia pero es una bonita metáfora.
Los paisajes espectaculares acompañan en el camino de Santiago, da igual que hagas la foto con un móvil con la lente sucia, la luz que hay a las 8 de la mañana en mitad de la naturaleza garantiza buenos resultados.
En el camino también descubrí el placer de las cremas, por lo general uso crema de cara día si y día no, pero en el camino con el tema de cuidarse y porque había un kiosko de una empresa que regalaba muestras de productos para la piel, estuve usando cremas de todo tipo para pies y piernas; Piernas con bueno tono, hidratadas y brillantes, ¡que gusto!
Es curioso como durante el camino te pasa lo mismo que cuando vas a un parque de atracciones, resulta que uno va coincidiendo con la misma gente en diferentes atracciones, caras conocidas, ese me suena. Cuando empiezas el camino, ves personas que volverás a ver durante y al final del trayecto. Recuerdo a la parejita de italianos, el grupito de niñas de Sevilla, la heavy, los falangistas, otra parejita de Polacos, y mucha gente con caras familiares.
Dulce flash y recuerdo es la llegada al puente de Portomarín, espectacular cruzarlo, y subir las imponentes escaleras donde esperaba mi amigo. Fantástica piscina pública donde por sólo 1€ por persona pudimos bañarnos en una piscina con vistas y descansar en el césped.
El camino de Santiago, para concluir, se convierte en una experiencia perfecta para vivir momentos que te sacarán de tu anterior vida, para entretenerte y distraerte hasta tal punto que vuelva a surgir del interior de uno mismo y de modo natural un estado de ánimo neutro o positivo, al que uno no quiere perder de vista, cual luz en el horizonte de un camino lleno de claro-oscuros e incertidumbres que es la vida.
Lo importante es tener en cuenta que alcanzar ese estado de ánimo es una consecuencia, no un objetivo.
Larga vida al Camino de Santiago!
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David
Esto se avisa, capullito de alhelí. Me alegro de que fuera una experiencia tan buena. Yo tengo pendiente hacer el Camino. Iba a ser este septiembre, pero creo que lo tendré que dejar para más adelante. Un abrazo.
Twin
Precioso documento..empiezas a leer y no puedes parar hasta terminar…enhorabuena,deberían contratarte en turismo!!
QQ
Gracias! Es la inspiración del Camino 🙂
Fede
Buen relato men. Como dices son cosas que hay que hacer, son experiencias distintas.
Buen camino! 😉
Pilar Bachiller
Quique me ha sorprendido mucho la gran coincidencia de tu camino con mi experiencia en el mio…
Resulta que empezé con esa pastillita que nombras…jejeje, con mi idea preconcebida en la cabeza de encontrarse a uno mismo y todas esas cosas q se dicen…cuando me di cuenta q quien pestañea pierde la cama…y toca dormir en un sucio polideportivo, y eso fue nada mas empezar, jajaja asi q empezé a preocuparme mas por llegar a mi destino antes q el ultimo y asi poder «descansar» mientras oia los ronquidos y olia al resto de peregrinos…jajajaja
Lo mejor para mi fueron sin duda los paisajes de esa bella galicia, y la generosidad y amabilidad de sus habitantes; sin desmerecer por supuesto las comidas.
En resumen, para mi fue una gran experiencia, con sus cosas buenas y sus cosas menos buenas; pero que repetiria….
QQ
@Pilar Bachiller
Hola Pilar, que bien verte por aqui!
Pues tenemos en cocina el hacerlo el año que viene de nuevo y esta vez en bici, con lo que nos convertiríamos en bicigrinos.
MARK
Lo mejor el servicio en la hostelería!!! Y esos grandes momentos donde de cualquier cosa o situación montábamos un momento legendariooooo!! Buen camino!!!